Yitró - Entre el Orden y el Caos
- Jack Levy
- 9 feb
- 12 Min. de lectura
Por Jack Levy
¿El Niño de 10, el Niño Problema o el Péndulo Político?
Cierra los ojos un segundo y vuelve a la escuela. ¿Quién eras?

¿El niño de 10? El que nunca rompía las reglas, el que entregaba todo a tiempo, el que levantaba la mano con la respuesta correcta. El que creía que si hacía todo bien, estaría seguro.
¿O el niño problema? El que discutía con los maestros, el que retaba la autoridad, el que hacía trampa en los exámenes solo para demostrar que podía salirse con la suya. El que se burlaba de los que se esforzaban porque le parecía una pérdida de tiempo.
Ahora mírate bien. ¿Sigues siendo el mismo?
El niño de 10 tal vez se convirtió en el adulto que sigue las reglas sin preguntarse si tienen sentido. Se casó porque “así toca”, estudió lo que le dijeron que tenía futuro y hoy vive en una jaula disfrazada de estabilidad.
El niño problema tal vez se convirtió en el adulto que odia todo lo establecido. Le huye a los compromisos, desconfía de cualquier autoridad y cree que romper reglas lo hace libre, aunque en el fondo no tenga idea de hacia dónde va.
Y ahora dime, en política, ¿en qué lado estás?
¿Eres de derecha? Crees en el orden, en las reglas, en que la gente debe ganarse su lugar con esfuerzo y que si sigues el sistema, todo irá bien.
¿Eres de izquierda? Crees que el sistema está podrido, que las reglas solo protegen a los privilegiados, que el cambio real viene de romper lo establecido.
Es la misma historia de la escuela, pero ahora con más corbatas y discursos llenos de aire.

La política funciona como un maldito péndulo. Primero nos gobierna Trump, la derecha absoluta, la disciplina, el orden por encima de todo. Nos cansamos de él, nos parece rígido, agresivo, peligroso. Así que nos vamos al otro extremo y elegimos a Biden, la izquierda absoluta, la deconstrucción de todo, la apertura sin límites. Pero entonces nos hartamos del caos, del desorden, del vacío. Y volvemos a la derecha.
Derecha. Izquierda. Derecha. Izquierda.
Como un hámster corriendo en la rueda, convencidos de que esta vez sí vamos a llegar a alguna parte.
Y cada cuatro años nos emocionamos, como si no supiéramos cómo acaba la historia. Como si esta vez sí fuera diferente.
El mundo lleva siglos oscilando entre estos dos polos y nadie se da cuenta de que ninguno funciona.
Porque aquí está la verdad que nadie quiere aceptar:
Ni las reglas te van a salvar.
Ni romperlas te hace libre.
Uno necesita el orden para no sentir pánico.El otro necesita el caos para no sentirse atrapado.Pero ninguno de los dos está realmente al mando.
Y ahora viene la verdadera pregunta.
Si seguimos oscilando entre dos opciones que no sirven, ¿qué tan idiotas somos por seguir jugando este juego?
El Extraño que Vio lo que Nadie Más Vio
La escena es esta: un pueblo que acaba de escapar de la esclavitud, caminando por el desierto, sin idea de cómo funciona la libertad. Se quejan, dudan, reclaman. Vieron los milagros con sus propios ojos y aun así siguen con la mentalidad de esclavos.
Y ahí aparece Yitró.
No es hebreo. No salió de Egipto. No sufrió el látigo de los egipcios ni cruzó el mar. Es un sacerdote de Midián, un hombre que ha probado todas las espiritualidades y religiones disponibles en su época. Pero cuando escucha lo que pasó con Israel, reconoce algo que ni siquiera los propios israelitas entienden.
Llega al campamento y dice:
"Ahora sé que el Dios de Israel es el más grande de todos los dioses."
¿Cómo puede ser que él, un forastero, entienda algo que el pueblo mismo todavía no digiere?
Es simple. Ser parte de algo no significa que lo entiendas.

Ser parte de un pueblo no significa que comprendes su misión.Nacer en una tradición no significa que la vivas de verdad.Y al revés, no necesitas haber nacido en ella para reconocer su verdad.
Yitró ve lo que los israelitas no ven porque él no está atrapado en la inercia del sistema. No necesita que la historia sea como se la contaron de niño. No está condicionado a aceptarla o rechazarla por miedo o comodidad. Simplemente observa y reconoce la verdad cuando la ve.
Y aquí hay otra paradoja.
Moshé, el líder del pueblo, es otro forastero. Nació hebreo, creció como egipcio, fue rechazado por los dos mundos y terminó en Midián. Cuando vuelve para liberar a Israel, el pueblo no lo acepta de inmediato. Durante años, Moshé es el líder de un pueblo que nunca lo vio del todo como propio.
¿Te suena familiar?
La historia de Yitró y Moshé nos confronta con algo incómodo. Los que ven con más claridad suelen ser los que están fuera del sistema.
Pero aquí no acaba la historia.
Porque aunque Yitró reconoce la grandeza de Dios, él no se queda con el pueblo.Y aunque Moshé es el líder, él nunca deja de ser un extraño en su propia casa.
Y entonces volvemos a la misma pregunta:
Si ni los que están dentro lo entienden del todo, ni los de afuera pueden integrarse del todo…
¿Dónde está la verdad?
El Problema de los Extremos: Dogma o Caos, pero Nunca Libertad
El mundo nos empuja a elegir entre dos caminos:
Seguir las reglas al pie de la letra y no cuestionar nada.
Rechazar toda estructura y vivir sin ataduras.
Nos enseñan que la única forma de estar seguros es obedecer. Y que la única forma de ser libre es destruir las reglas.
Pero, ¿qué pasa si ambos caminos son una trampa

Porque el que obedece sin cuestionar, lo hace por miedo. Miedo al caos, miedo a lo desconocido, miedo a perderse.Y el que rompe las reglas por romperlas, también lo hace por miedo. Miedo a comprometerse, miedo a ser controlado, miedo a enfrentar su propia incertidumbre.
El problema de fondo es que los dos creen que han vencido al miedo, pero en realidad están huyendo de él.
Los que se aferran a la estructura, a las reglas, a la religión sin cuestionar, son los mismos que creen que ya llegaron. Que la verdad es un conjunto de instrucciones y que todo está resuelto. Pero lo que en realidad buscan no es la verdad, sino seguridad.
Y los que rechazan toda estructura, los que se burlan de las reglas y viven sin rumbo, piensan que han encontrado la verdadera libertad. Pero lo que en realidad buscan no es la verdad, sino una excusa para no comprometerse con nada.
Ambos están atrapados en una ilusión.

Uno cree que su jaula es un templo. El otro cree que destruir templos lo hace libre.
Y lo más podrido de todo es que se necesitan mutuamente para existir.
El religioso necesita al rebelde para sentirse santo.El rebelde necesita al religioso para sentirse iluminado.Pero ninguno se da cuenta de que están bailando el mismo maldito baile.
El Péndulo de la Historia
No es nuevo. Esto ha pasado siempre.
Lo vimos en la política con Trump y Biden.Lo vimos en la historia con la Revolución Francesa, con Roma, con cada sociedad que primero se aferra a la ley hasta ahogarse en su propia rigidez, y luego destruye todo hasta darse cuenta de que no tiene nada con qué reconstruir.
Derecha. Izquierda. Derecha. Izquierda.Orden. Caos. Orden. Caos.
Así llevamos siglos.
Y aquí es donde la mayoría se rinde. Porque es más fácil elegir un lado y quedarse ahí.
Pero hay otra opción.
La Tensión: Donde Dios Se Encuentra

El Tanya lo dice claro: Dios no está ni en el amor absoluto ni en el miedo absoluto. No está en la extrema disciplina ni en la total anarquía. Está en la tensión entre los dos.
Es como la relación entre dos polos opuestos.El Zóhar nos dice que la Shejiná, la presencia divina, solo descendía cuando los querubines en el Beit HaMikdash se miraban de frente. Si se daban la espalda, desaparecía.
¿Por qué? Porque Dios no está en uno ni en otro. Está en el espacio entre ellos.
Lo mismo pasa con la verdad.
La religión sin cuestionamiento es una cárcel. La rebeldía sin estructura es un abismo.
La respuesta no está en elegir entre uno y otro. Está en sostener la tensión sin romperla.
Pero eso es incómodo. Jode. Cuesta.
Porque sostener la tensión significa vivir sin certezas absolutas.Significa entender que hay reglas que necesitamos, pero que ninguna es sagrada en sí misma.Significa entender que la libertad no es hacer lo que quieras, sino aprender a moverte dentro de una estructura sin volverte su esclavo.
Moshé entendió esto. Yitró también.
Uno lideró un pueblo que nunca lo aceptó del todo.El otro vio la verdad, pero nunca se integró completamente.
Porque la verdad, la verdadera verdad, nunca es cómoda.
Y ahora viene la pregunta que nadie quiere hacerse.
Si Dios no está en los extremos, si la verdad no está en elegir un bando…
¿Qué demonios significa vivir en la tensión?
Vivir en la Tensión: Cuando la Verdad No Cabe en un Manual
Si hay algo que me ha reventado la cabeza por años, es esto:

Crecí con la idea de que hay respuestas. Que si buscas suficiente, lees lo correcto, estudias lo adecuado, vas a entender la verdad.
Y luego pasa la vida y te das cuenta de que no.Que los que más estudian no saben aplicar lo que aprenden.Que los que “se iluminan” terminan desconectados de la realidad.Que los religiosos que siguen las reglas al pie de la letra muchas veces no tienen idea de por qué las siguen.Y que los que se burlan de la religión por ser “ciegos” en realidad tienen su propia fe ciega en el caos.
Entonces empiezas a notar el patrón.
Los académicos y los rabinos se sumergen en los textos, discuten, analizan cada palabra, diseccionan cada ley. Pero pocos saben aplicarla fuera de su burbuja. Hablan del mundo sin vivirlo.Los gurús espirituales te dicen que todo es amor, que lo material es una ilusión, que la clave está en soltar. Pero están tan elevados que ya no viven en esta dimensión.
Los dos creen que han llegado, pero los dos están atrapados.
Porque lo que el judaísmo enseña es que no hay un solo camino.
La Torá Oral no debía escribirse. No porque no fuera importante, sino porque ponerla en piedra la mata. Porque el punto no es memorizar reglas, sino desarrollar criterio.

El judaísmo resistió durante siglos la idea de escribir la Halajá. ¿Por qué? Porque la ley no es el fin. La ley es una herramienta. No sigues la Torá como un robot, sino que aprendes su lógica para luego usar tu juicio.
Es exactamente lo contrario de lo que la gente cree que es la religión.
Y es exactamente lo contrario de lo que hacen los que la destruyen.
Porque mientras el religioso rígido cree que todo está en seguir la ley sin cuestionar, el rebelde cree que todo está en romperla sin entenderla.
Pero si todo fuera tan simple, el judaísmo nunca habría escrito la Mishná. Nunca habría desarrollado el Talmud. Nunca habría pasado de generación en generación la idea de que lo importante no es el texto, sino el criterio que desarrollas al estudiarlo.
Y aquí está lo jodido:
Este mismo problema se repite en todo.
Los que estudian demasiado olvidan cómo vivir.Los que “sienten” demasiado olvidan cómo pensar.
Los académicos diseccionan la vida hasta matarla.Los iluminados flotan tanto que ya no pisan la tierra.
Y mientras tanto, el resto del mundo sigue eligiendo entre dos opciones que no sirven.
Entonces, ¿cómo se vive en la tensión?
No se trata de encontrar un equilibrio cómodo entre los dos extremos. No se trata de ser un poco religioso y un poco rebelde para que nadie te moleste. No se trata de leer y luego hacer lo que te dé la gana.
Se trata de entender por qué hay reglas y cuándo soltarlas. De saber qué aprender y cuándo dejar de buscar respuestas. De no volverte un esclavo del texto ni un esclavo de tu intuición.
Porque Dios no está en la letra muerta ni en la espiritualidad etérea.
Dios está en la tensión entre ambos.
El Vacío Entre los Querubines y la Columna Central
Hace unos días le dije a mi esposa una frase para ganar puntos:"Veo a Dios a través de ti."
Sonaba bien. Poético. Hasta profundo.Pero después me quedé pensando…
Eso no es lo que enseña nuestra tradición.
El judaísmo no dice que Dios está en la otra persona. No dice que el amor es encontrar a alguien y hacer de él tu religión.Los querubines en el Beit HaMikdash no representaban a Dios, eran solo dos figuras.
Lo que la Torá dice es que Dios se manifestaba en el vacío entre ellos.

No en uno. No en el otro.En la tensión. En el espacio intermedio.
Y aquí entra la Cábala.
El Árbol de la Vida nos habla de tres columnas:
La columna de la derecha (Jesed - Bondad, Expansión).
La columna de la izquierda (Guevurá - Disciplina, Restricción).
La columna central (Tiferet - Equilibrio, Belleza, Verdad).
El error de la mayoría es creer que hay que elegir entre Jesed y Guevurá, entre el amor absoluto o el juicio absoluto, entre la entrega sin límites o el rigor inflexible.
Pero la Cábala enseña que la verdad no está en ninguno de los dos extremos. La verdad está en la Columna Central.
Tiferet. El equilibrio. El espacio intermedio.
Rabbi Jonathan Sacks lo llamó “The Space Between”. Dijo que la santidad no está en lo que poseemos, sino en lo que creamos entre nosotros. Que Dios no está en la voz de uno ni en la voz del otro, sino en el diálogo, en el espacio que nos obliga a escucharnos y a sostenernos sin destruirnos.
La Columna de Enmedio no es un punto de confort. No es una postura tibia o neutral. Es el lugar más difícil de sostener.

Es sostener la tensión entre el amor y la disciplina sin caer en la indulgencia ni en la rigidez. Es vivir con la responsabilidad de elegir en cada momento qué reglas hacen sentido y cuáles hay que soltar. Es aceptar que la vida no te va a dar respuestas fáciles.
Y ahí, justo ahí, es donde lo divino se manifiesta.
No en ti. No en mí.En el espacio entre los dos.
En la tensión viva de la relación, en la fricción entre ideas, en el desafío de no convertirnos en dogmáticos ni en nihilistas, sino en buscadores de verdad.
El que solo da amor sin estructura, se pierde.El que solo impone disciplina sin amor, destruye.El que aprende a sostener la tensión, crea.
Y ahora dime, ¿qué haces con esto?
Podrías ignorarlo. Volver a tu zona de confort, aferrarte a lo que ya crees, seguir con el guion que te dieron.
O podrías hacer lo más difícil.
Podrías aprender a sostener la tensión sin certezas absolutas.
Podrías dejar de buscar refugio en el dogma o en la anarquía y empezar a vivir con conciencia real.
Porque al final, la verdadera pregunta no es qué lado eliges.
La pregunta es…
¿Tienes la fuerza para habitar el punto exacto donde la verdad y la contradicción se encuentran?
Uno de mis maestros me dijo una vez:"El día que puedas sostener una pregunta sin necesidad de resolverla inmediatamente, ese día te convertirás en un alumno maduro."
Así que dime, en esta vida ¿puedes sostener preguntas?
Bibliografia y Referencias
Fuentes Judaicas y Cabalísticas
Torá – Éxodo 18 (Parashat Yitró): Historia de Yitró reconociendo a Dios y aconsejando a Moshé.
Talmud Bavlí, Eruvín 13b – “Estas y aquellas son las palabras del Dios viviente” (Eilu veEilu), resaltando la tensión entre opiniones como base del pensamiento judío.
Pirkei Avot 2:6 – "En un lugar donde no hay hombres, esfuérzate por ser un hombre.” Reflexión sobre la responsabilidad personal en la toma de decisiones.
Tanya, Likutei Amarim, Capítulo 4 – La tensión entre Ahavá (amor) e Ir’á (temor), y cómo la presencia divina no se encuentra en los extremos, sino en la tensión entre ambos.
Zóhar, Parashat Terumá 148a – La presencia divina entre los querubines cuando se miraban, simbolizando el equilibrio y la relación entre los opuestos.
Baal HaSulam, Introducción al Árbol de la Vida – Explicación sobre la estructura del Árbol de la Vida y la necesidad de la Columna Central como equilibrio entre Jesed y Guevurá.
Rabbi Jonathan Sacks, “The Space Between” – Reflexión sobre cómo la santidad no está en lo que poseemos, sino en lo que creamos en el espacio intermedio.
Mishná, Avot 5:20 – "Sé fuerte como un león, ligero como un ciervo…" La idea de encontrar equilibrio entre diferentes atributos.
Talmud Bavlí, Sanhedrín 38a – Reflexión sobre la multiplicidad de perspectivas en la Torá y la importancia del diálogo en la búsqueda de la verdad.
Referencias Filosóficas y Psicológicas
Friedrich Nietzsche, “Más allá del Bien y del Mal” – La crítica al dogma y el nihilismo como dos caras de la misma moneda.
Viktor Frankl, “El hombre en busca de sentido” – La idea de que el verdadero significado surge en la tensión entre fuerzas opuestas.
Carl Jung, “Símbolos de Transformación” – El concepto del equilibrio entre el orden y el caos en la psique humana.
Jacobo Grinberg, “El Desarrollo de la Conciencia” – La percepción de la realidad como un campo de tensiones en constante interacción.
Brené Brown, “Dare to Lead” – La importancia de sostener la vulnerabilidad y la incertidumbre sin huir a respuestas fáciles.
Mark Manson, “The Subtle Art of Not Giving a F*ck” – La crítica a la obsesión por las certezas y la necesidad de aceptar la incertidumbre como parte de la vida.
Referencias Políticas e Históricas
Historia de la Revolución Francesa – Oscilación entre la monarquía absoluta, el caos revolucionario y el regreso a la tiranía con Napoleón.
Caso Trump-Biden y la política estadounidense reciente – El péndulo político entre orden extremo y caos extremo.
Sistemas autoritarios vs. anarquía – Ejemplo de cómo las sociedades oscilan entre control absoluto y falta de estructura sin encontrar un verdadero balance.
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