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Vaishlaj - ¿Se vale enojarse con Dios?

Una invitación invitacion al dialogo.

 

I: ¿Se vale enojarse con Dios?


¿Alguna vez has sentido que el universo está contra ti? Que todo parece estar en tu contra, que nada sale bien y que simplemente no es justo. ¡Uff, cómo te entiendo! Muchas veces las cosas parecen injustas, y nos preguntamos por qué tenemos que pasar por ciertas situaciones. Quizás incluso te sientes tentado a buscar a alguien a quien culpar, alguien que tenga la culpa de tus problemas.

Pero, ¿y si te digo que esa búsqueda es en vano? Que esa persona que quieres culpar no existe, y el único responsable de todo esto es Dios. Sí, lo sé, puede sonar duro, pero es la verdad.

Así que aquí va mi consejo, aunque no lo hayas pedido: no te quedes atrapado en la rabia y la frustración, no te quedes ahí señalando con el dedo a posibles responsables. Es hora de que tengas una charla con The Big Boss, con el jefe supremo, con el creador de todo esto: habla con Dios.

Sé que puede sonar a cliché, pero ¿por qué no intentarlo? ¿Por qué no hablar, abrir tu corazon y decirle todo lo que sientes? No te preocupes, Él es un tipo duro, puede manejarlo. Pero quién sabe, quizás al hacerlo encuentres la paz que tanto necesitas, quizás descubras que Él tiene un plan detrás de todo esto y que simplemente tienes que confiar en Él.

Así que no te quedes solo con tu enojo y frustración, no te quedes preguntándote por qué. Habla con Dios, acércate a Él, es su forma de invitarte a la charla, de decirte: "Ey, ven aquí, hablemos de esto". Y quién sabe, quizás encuentres más de lo que esperabas.


II: Tres ejemplos interesantes.

1. Volviendo al tema, resulta bastante curioso que Dios le haya avisado a Abraham de su plan de destruir Sodoma y Gomorra. Digo, ¿para qué le dio el heads up? ¿Para que se pudiera preparar un picnic en lo alto de una colina para ver la destrucción desde lejos? ¿O para que pudiera hacer una última llamada telefónica a los cuates de las ciudades para despedirse?

Pero parece que Abraham entendió que este era un llamado a la conversación. Él no estaba de acuerdo con la decisión de Dios y decidió enfrentarlo directamente. Y lo hizo de manera muy astuta, preguntándole “¿Acaso el juez de toda la tierra no hará justicia?”.[1] ¡Eso es llevar las cosas al siguiente nivel, Abraham!

Y aunque al final Dios decidió seguir con su plan, la importancia de la historia está en el diálogo que tuvieron. Resulta bastante interesante pensar en cómo un ser humano puede tener una conversación tan franca y abierta con Dios.


2. No odies a tu hermano en tu corazón. Reprende [o razona con] tu prójimo con franqueza para que no cargues con el pecado a causa de él. No busques venganza ni guardes rencor contra nadie de tu pueblo, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. ¨ [2]

Najmánides[3], en su comentario sobre este versículo, afirma que este se refiere a una situación en la que fueron heridos los sentimientos de una persona o esta fue víctima de una injusticia (o presenció un acto incorrecto) y la persona prefiere guardar silencio y evitar la confrontación, sin darse cuenta de que ese silencio tarde o temprano se convertirá en rencor, distanciamiento y finalmente odio. Lo mismo puede suceder en nuestra relación con nuestro creador si no hablamos con él cuando sentimos que algo nos hiere o nos parece injusto.


3. En En la perasha de Vayshaj encontramos un pasaje fascinante, (en el que nuestro pueblo recibió su nombre: Israel) donde Jacob está a punto de enfrentarse con su hermano Esaú, después de 22 años de tensiones. Y previo a este momento, Jacob es presa de una tremenda angustia.

“Jacob se quedó solo”. Y un hombre luchó con él hasta el amanecer. ¨ [4]

La pregunta inmediata es: Si estaba solo, ¿contra quién peleó? Una posible respuesta es: contra sí mismo, enfrentando el miedo y la angustia que le provocaba el “Ángel de Esaú”.


—“Déjame ir, porque está amaneciendo" — le dijo el ángel.

—“No te dejaré ir, hasta que me bendigas —respondió Jacob.

—“¿Cómo te llamas?"— preguntó el ángel.

— Jacob.

—Tu nombre ya no será Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y el hombre, y has prevalecido".[5]


Estos fueron momentos espirituales decisivos para la vida de Jacob y de nuestra nación. Justo en el momento más vulnerable, Jacob fue probado por HASHEM y encontró el coraje para enfrentar las dificultades y no dejarlas ir sin obtener antes una bendición. Esta característica que nuestro padre Jacob nos heredó, ha sido la fuente de nuestra incontable fortaleza y resiliencia para enfrentar las adversidades a lo largo de los siglos, persecuciones, progromos, expulsiones, holocaustos, y salir fortalecidos de todas ellas, ser testimonio para la humanidad de que del sufrimiento pueden surgir grandes bendiciones, si luchas con él suficiente tiempo y tienes fe inquebrantable[6].


III: La importancia de la precisión al hablar con Dios


Este bien podría ser el objetivo de toda dificultad: conectar con la solución. Pero para ello necesitamos hablar con claridad y precisión. ¡No vale andarse por las ramas como un mono en la jungla! Jordan Peterson, en su libro 12 reglas para vivir , nos recuerda que expresarnos con precisión es clave para plantear los problemas de forma efectiva.


Cuando uno se enfrenta a un problema, lo más sencillo es barrerlo debajo de la alfombra y esperar a que se solucione por sí solo. Pero la realidad es que el problema crece y crece como una bola de nieve, hasta que explota como una piñata descontrolada justo en tu cara. Por eso es importante ser específico y concreto, identificar el problema con precisión para poder enfrentarlo con determinación. Si hablas con claridad, el caos se convierte en algo manejable, como la lista de la compra del súper.

La precisión no solo sirve para solucionar problemas, también es clave para simplificar nuestra vida. Si no fuera por la precisión de los ingenieros que diseñan los coches, seguramente seguiríamos andando en carrozas tiradas por caballos (y estaríamos en la Edad Media todavía). Pero si algo falla en el coche, ahí es cuando necesitamos bucear en la complejidad para identificar el problema.

Y hablando de complejidad, ¡las relaciones son otro cantar! Si todo va bien, la relación es como una película de amor, pero si algo falla... ¡se convierte en un thriller de terror! Y ahí es donde la precisión del lenguaje nos ayuda a protegernos, a analizar la situación con cuidado para no salir heridos.

Y para ilustrar aún más la importancia de la precisión, imagina una persona desesperada que llama a un médico en otro país porque se siente mal. El médico no tiene forma alguna de revisarlo físicamente, así que la única manera de determinar un diagnóstico es cuestionarlo sobre los síntomas. Si la persona no es precisa al describir sus síntomas, el médico podría dar un mal diagnóstico y un tratamiento inadecuado. Recuerda, incluso un experto en medicina necesita información precisa para poder ayudarte.


IV: Cómo hablar con Dios nos ayuda a encontrar la paz en momentos de dificultad

No escondas los problemas debajo de la kipá, sino identifícalos con precisión para poder enfrentarlos con determinación. Y si necesitas ayuda, no te andes “como tu abuelita antes de Shabat”, sino pide ayuda con claridad y precisión.


Recuerda, la precisión es como la mantequilla en el Baklava: es la clave para el éxito. Así que no te preocupes si tienes un problema, habla con claridad y precisión, y verás que la solución está al alcance de tu mano como el control remoto de la televisión de tu abuela.




 

En Resumen: Muchas veces, cuando las cosas no salen como queremos, nos enojamos con Él y pensamos que no es justo lo que está sucediendo. Sin embargo, ¿qué tal si en realidad esto es una invitación para hablar con Él y acercarnos más a Él? La historia bíblica de Abraham y Sodoma y Gomorra muestra que confrontar a Dios puede acercarnos más a Él. También es importante hablar con Dios cuando algo nos hiere o nos parece injusto, ya que guardar silencio puede convertirse en rencor y odio. La verbalización es clave para comprender y encontrar soluciones a nuestros problemas, y la tefilá (oración) es una forma elevada de hacerlo.

Consejo practico: En definitiva, enfrentar nuestras dificultades con coraje y fe inquebrantable es lo que nos dará la fortaleza para salir fortalecidos de ellas y ser testimonio para la humanidad. Ser preciso en el discurso no solo es una cuestión de buena educación, ¡es clave para navegar por las aguas turbulentas de la vida! Identifica tus problemas con precisión, habla con claridad y simplifica tu vida. Así Dios podrá actuar en tu vida de forma natural y ayudarte a alcanzar tus metas. ¡Que la precisión te acompañe!

Ejercicio Practico:

a.            Toma unos minutos para reflexionar sobre alguna situación en tu vida que te esté causando enojo, frustración o dolor. ¿Te sientes injustamente tratado/a? ¿Sientes que algo no está bien?
b.           Reconoce que es posible que en el fondo estés enojado/a con Dios por permitir que esa situación suceda. Permítete sentir ese enojo y reconocerlo.
c.            Recuerda la historia bíblica de Abraham y Sodoma y Gomorra. ¿Cómo confrontó Abraham a Dios en esa situación? ¿Qué puedes aprender de su ejemplo?
d.           Usa la precisión del lenguaje para identificar el problema con claridad. ¿Cuál es la situación exacta que te está causando malestar? ¿Cuáles son los sentimientos que tienes al respecto?
e.           Habla con Dios en oración sobre la situación. No te guardes nada. Exprésate con claridad y franqueza. Pide su ayuda para entender la situación y para encontrar una solución.
f.             Al terminar la oración, toma un momento para respirar profundamente y liberar cualquier tensión que puedas sentir. Recuerda que Dios está contigo y que te ayudará a encontrar una solución.
g.           A lo largo del día, trata de ser preciso/a en tu discurso. Identifica los problemas con claridad y habla con claridad sobre lo que necesitas. Esto te ayudará a simplificar tu vida y a enfrentar los problemas con determinación.
Texto recopilado del libro La Voz Del Alma- Jack Levy 2023



 


Referencias y Bibliografía

[1] Genesis 18:25 [2] Levitico 19:17-18 [3] Moses ben Nahman, conocido como Rambán [4] Genesis 32-27-29 [5] Idém [6] Rabbi J. Sacks comentario a la Parashat Shemot del 2 de enero de 2016

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