Shabuot: Un pacto de Amor Eterno
- Jack Levy
- 14 jun 2024
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 16 ago 2024
Por Jack Levy
Había una vez dos amantes, tan profundamente unidos que sus corazones latían juntos, compartiendo un solo latido. Su amor era tan puro y sincero que decidieron jurarse amor eterno. Sin embargo, sabían que el camino no sería fácil. Uno de ellos, el más intrépido y aventurero, tenía que emprender un viaje, una travesía llena de desafíos y peligros. El mayor riesgo era el olvido, el temor de que la distancia y el tiempo desvanecieran sus recuerdos y su amor.
Antes de la separación, el amante que se quedaba, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, le dijo al que partía: "Por favor, hagamos un pacto. Dejemos señales a lo largo del camino que, aunque te olvides de mí, te recuerden nuestro amor eterno y te guíen de vuelta a casa."
Así, en cada esquina del camino, dejaron pequeños recordatorios de su amor: un lazo en el dedo, una piedra marcada con un símbolo secreto, una flor especial que solo ellos conocían. Estos objetos eran más que simples señales; eran fragmentos de su amor, promesas de que, sin importar cuán lejos estuvieran, siempre habría un camino de regreso.
Pero el amante que partía, aún temeroso de perder el amor en el olvido, propuso un pacto aún más profundo: "Hagamos un pacto de sangre, un sello en tu piel y en la de tus hijos, en la parte más sensible de sus cuerpos, para que jamás olvides nuestro amor y siempre puedas encontrar el camino de regreso a casa."

Esta es la historia de amor entre Dios y el pueblo de Israel. Shavuot, la festividad que conmemora la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, es la renovación de esos votos sagrados. Dios y el pueblo de Israel se juraron amor eterno bajo un cielo estrellado, en medio de truenos y relámpagos que iluminaban sus rostros con una luz divina.
El Shema Israel como testimonio de Amor:
"Y amarás a Dios tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus posesiones." (Deuteronomio 6:4)

En el shema, mencionamos las señales que nos dejó en el camino: el tefilín, las mezuzot y el tzitzit, recordatorios constantes de esa promesa. Cada vez que vemos estos objetos, debemos recordar ese compromiso y sentirnos conectados con nuestro Creador, sin importar dónde estemos.
Pero el amor profundo y eterno tiene un pacto aún más fuerte: la circuncisión, el pacto de sangre en la parte más sensible del cuerpo, una marca indeleble donde cada generación recordamos ese amor y a traves de esa señal recordemos que siempre podemos regresar a la fuente de vida.
Jacob y la Promesa:
En la parasha Vayetze, vemos las promesas de Dios a Jacob, quien se encuentra en el camino, solo y vulnerable.
"Iaakov salió de Beer Sheva y se dirigió hacia Jarán. Llegó a un lugar conocido y pasó allí la noche porque el sol ya se había puesto. Tomando algunas piedras, las puso a la altura de su cabeza y se acostó a dormir allí." (Vayetze 28:10-11)
Los comentaristas mencionan que Jacob reunió doce piedras que se unieron en una sola, simbolizando la unidad de las doce tribus de Israel. Esta unidad es clave, ya que en ese momento, Dios se revela a Jacob, recordándonos que en la unidad, la presencia divina se manifiesta.

Además, no es casualidad que esta parasha comienza con una referencia a Be'er Sheva, un lugar que remite al pacto entre Abraham y Abimelej. Este lugar, cuyo nombre significa "pozo de siete" o "pozo del juramento", es significativo no solo por su historia de pactos, sino también por su numerología. En Shavuot, este concepto se materializa cuando renovamos nuestro pacto con Dios, recordando nuestras raíces y la necesidad de mantenernos unidos en nuestra fe.
Shavuot y la Renovación del Pacto:
En Shavuot, celebramos no solo la entrega de la Torá, sino también la unidad del pueblo de Israel al pie del Monte Sinaí. Este evento es conocido como "Jag HaAtzeret", la Asamblea, donde todo el pueblo se congregó "Keish Ejad Blev Ejad" (como un solo hombre con un solo corazón). Esta unidad fue esencial para recibir la Torá, ya que solo en la armonía y la cohesión podemos recibir y comprender plenamente la enseñanza divina.

La historia de las doce tribus, cada una con sus características y desafíos únicos, nos enseña que la diversidad dentro de la unidad es una fuente de fortaleza. Al igual que las piedras unidas por Jacob, cada tribu aporta algo valioso al conjunto, y solo cuando estamos unidos podemos alcanzar nuestra máxima expresión espiritual y comunitaria.
El pacto de la circuncisión, instituido por Abraham y renovado por cada generación, es un símbolo físico de nuestra relación eterna con Dios. Este acto, que marca la carne en la parte más sensible del cuerpo, nos recuerda constantemente nuestro compromiso y la promesa de amor eterno con el Creador. Es un pacto de sangre que trasciende el tiempo y las generaciones, asegurando que siempre recordemos nuestra conexión con Dios y nuestra misión como Su pueblo.
Shalosh Regalim
Tenemos tres fiestas principales que simbolizan los procesos de un matrimonio: Sucot, que figura como una jupá (palio nupcial); Pesaj, cuando Dios hace Kidushin (separación) del pueblo para Él; y Shavuot, cuando se hace el ijud (unión). Tal vez este es el motivo por el cual nos quedamos toda la noche despiertos, simbolizando aquella noche de nupcias donde finalmente culmina la unión. Shavuot nos llama a renovar ese amor y a recordar los pactos de nuestros antepasados, recordándonos constantemente que, a pesar de las adversidades, siempre podemos retornar al pacto original.
Durante la revelación en el sueño, Dios le promete a Jacob dispersarlo por la tierra:
"Tus descendientes serán como el polvo de la tierra. Te extenderás hacia el oeste, hacia el este, hacia el norte y hacia el sur. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y tus descendientes. Yo estoy contigo. Yo te protegeré dondequiera que vayas y te traeré de vuelta a este suelo. No me apartaré de ti hasta haber cumplido plenamente esta promesa para ti.” (Vayetze 28:14-15)
En esta festividad, mientras celebramos la entrega de la Torá, renovemos nuestro compromiso con los valores y enseñanzas que ella representa. Aceptemos nuestras virtudes y defectos, y los de los demás, y busquemos la unidad en nuestra diversidad. Solo así podremos experimentar la plenitud de la vida y el amor eterno que Dios nos ofrece y, juntos, regresaremos a nuestra tierra.
Shabuot de amor un pacto eterno
Shavuot no es solo una celebración de la entrega de la Torá; es una renovación del pacto de amor eterno entre Dios y el pueblo de Israel. A través de los recordatorios constantes como el tefilín, las mezuzot, el tzitzit y la circuncisión, mantenemos viva la memoria de ese pacto. La historia de Jacob y las doce tribus nos enseña la importancia de la unidad en la diversidad, un principio fundamental para recibir la enseñanza divina.
En Shavuot conocida tambien como Jag Hatzeret (fiesta de la congregacion), nos recuerda la importancia de reunirnos como un solo pueblo, y a pesar de las adversidades y las distancias, siempre podemos encontrar el camino de regreso a nuestra fuente, a nuestra esencia divina.
Que esta festividad nos inspire a renovar ese amor sagrado, a fortalecer nuestra unidad y a vivir con la conciencia de nuestro profundo y eterno amor de nuestro Amante.
Bibliografía:
1. Tanaj
Deuteronomio 6:4-9 (Shema Israel): Este pasaje es una de las declaraciones más fundamentales del judaísmo, destacando la importancia de amar a Dios con todo el corazón, alma y posesiones, y de mantener Sus mandamientos presentes a través de símbolos como el tefilín y las mezuzot.
Génesis 17:10-11 (Pacto del Brit Milá): Este pasaje describe el pacto de la circuncisión que Dios establece con Abraham y su descendencia, un pacto eterno que se renueva en cada generación.
Génesis 28:10-22 (Sueño de Jacob en Betel): En este pasaje, Jacob tiene una visión de una escalera que conecta la tierra con el cielo y recibe la promesa de Dios de que su descendencia será numerosa y se extenderá por toda la tierra.
2. Talmud y Midrash
Bereshit Rabá 68:11: Este Midrash describe cómo las doce piedras que Jacob coloca bajo su cabeza se fusionan en una sola, simbolizando la futura unidad de las doce tribus de Israel.
Shabbat 31a: Aquí se discute el concepto de fe y la idea de que "el justo vive por su fe," un principio que se conecta con la idea de mantener la fe en tiempos de oscuridad y desafío.
3. Otros Artículos de Referencia
Shmita: El Secreto del Número 7 (Aish Latino)
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