Sexo, Dinero y Rock & Roll
Sexo, Dinero y Rock & Roll:
Lo que nadie te dice sobre la espiritualidad y la abundancia

"I don't care too much for money... Money can’t buy me love"
— The Beatles
Suena poético en una canción, pero en la carne y hueso de la vida, es una trampa disfrazada de sabiduría.
Porque el dinero jamás fue el antagonista del amor.
Es su cómplice más fiel.
El problema nunca estuvo en los billetes.
Está en tu mirada torcida sobre ellos.
¿El sistema está manipulado? Sin duda.
¿Todos empezamos desde la misma línea? Ni de cerca.
Pero este mensaje no es sobre las cartas que te repartieron.
Es sobre cómo decides jugarlas.
Porque en medio de un mundo roto, hay quienes —sin herencias ni privilegios— aprendieron a tallar su valor en piedra.
No para acumular ceros en una cuenta.
Sino para no venderse por monedas.
Las frases que te mantienen pobre
Y tú...
Tú, que repites como mantra esas frases hechas que te mantienen pobre:
"El dinero enceguece"
(Pero vives ciego de envidia cuando ves a otros prosperar)
"Soy muy espiritual"
(Mientras pasas las noches contando monedas para llegar a fin de mes)
"Dar es divino"
(Pero das migajas de tu talento porque te aterra cobrar lo que vales)
La cruda verdad sobre tu valor
Si tu trabajo tiene valor DE VERDAD, ¿por qué te asusta ponerle precio?
Si tu servicio es bueno DE VERDAD, ¿por qué temes que te juzguen?
La mayoría no son "espirituales", son cobardes.
Prefieren regalar su trabajo antes que enfrentar la posibilidad de que alguien les diga:
"No vale lo que pides"
Pero adivina qué:
— Si apestas, necesitas oírlo para mejorar.
— Si eres bueno, mereces cobrarlo sin culpa.
Deja el romanticismo barato.
Lo verdaderamente espiritual es HONRAR TU VALOR.
Dar calidad.
Cobrar con dignidad.
Y entender que el dinero no te corrompe…
Te revela.
¿Sigues creyendo que el dinero es malo?
Entrégalo todo entonces...
A ver cuánto dura tu espiritualidad cuando el hambre llame a tu puerta.
Yesod: El sexo como termómetro de tu economía

Lo que no resuelves con el dinero… lo arrastras en el sexo.
Yesod es el canal.
El puente entre el mundo espiritual y lo físico.
Es el órgano que da y recibe.
El que conecta lo invisible con lo real.
El que transmite bendición… o bloqueo.
Lilith fue —según una leyenda del Alfabeto de Ben Sira— la primera mujer de Adam, antes que Javá.
No salió de su costilla. Salió del mismo polvo que él.
Eran iguales.

Pero cuando llegó el momento de la relación sexual, Lilith no aceptó estar debajo.
Quiso estar encima.
Quiso guiar.
Quiso marcar dirección.
Y eso —para un Adam que aún no sabía sostener su femenino— fue demasiado.
A Lilith no la echaron por rebelde.
La echaron por atreverse a ser igual.
Porque Bina —lo femenino— quiso dirigir…
y Jojmá —lo masculino— se ofendió.
No supieron bailar.
No supieron integrar.
Y se tuvieron que separar.
Se rompió el canal.
Dar sin agotarte. Recibir sin culpa.
Desde entonces… seguimos igual:
— Relaciones donde uno se vacía y el otro solo exige.
— Negocios donde das todo… pero no sabes cobrar.
— Cuerpos donde el placer se vive como pecado.
Porque el sexo es eso: el termómetro más brutal de tu canal interno.
Ahí se ve todo.
Cómo das.
Cómo recibes.
Qué tanto controlas.
Qué tanto te rindes.
Yesod no miente.
Es el punto donde la energía baja.
Donde lo espiritual se hace cuerpo.
Donde el dar y el recibir se vuelven piel.

¿Quién lleva el ritmo en tu cama?
¿Quién se atreve a sostener?
¿Quién se atreve a soltar?
¿Solo sabes dar… o también sabes recibir sin culpa?
Porque si te cuesta rendirte en el placer…
te va a costar rendirte a la abundancia.
Y si das solo para sentirte necesitado…
te estás vaciando desde la herida.
¿Entiendes ahora por qué no fluye tu dinero?
Dinero = Energía sexual mal canalizada
El dinero no se mendiga.
No se merece.
Se canaliza.
Y para eso necesitas energía limpia.
— Si te pasas la vida preocupado, te drenas.
— Si evades el esfuerzo, el flujo se te cierra.
— Si das sin recibir, te amargas.
— Si recibes sin dar, te pudres.

El dinero sigue tu atención.
Y tu atención… sigue tu fe.
— ¿Te enfocas en lo que falta? Creas más escasez.
— ¿Te enfocas en servir, crear y vibrar? El universo, Dios, el Karma… te responde.
Tzedaká no es caridad. Es justicia.
Tzedaká no es un castigo ni una superstición.
No se trata de “comprar” a Dios.
Es decir:
"Reconozco que no soy el origen. Tengo suficiente. Y estoy listo para recibir… y dar más.”
Dios no se compra.
El diezmo es justicia espiritual.
Es agradecerle al sistema que te benefició como vaso…
y decirle al universo:
Gracias por elegirme como canal.

Tu cuenta no miente
Tu cuenta bancaria no miente.
Tu cama no miente.
Tu energía no miente.
Eres pobre, no porque el universo te castiga…
sino porque no sabes jugar el juego.
Porque confundes:
— Dar con sacrificarte.
— Recibir con abusar.
— Cobrar con robar.
— Y placer… con culpa.
Porque trabajas para sobrevivir…
pero no para disfrutar.
Porque te da miedo rendirte.
Porque desconectaste a tu femenino.
Porque anulaste a tu masculino.
Y mientras tanto… la Shejiná te espera.
Pero no va a bajar por lástima.
Ni porque reces bonito.
Ni porque ayunes.
Ni porque seas “bueno”.
La Shejiná baja cuando te atreves a abrir el canal.
Cuando das sin agotarte.
Y recibes sin excusarte.
Cuando miras de frente.
Cuando te fundes en el baile sagrado del dar y recibir.
Conclusión: ¿Quieres dinero?
¿Quieres dinero? Aprende a recibir.
¿Quieres placer? Aprende a soltar.
¿Quieres libertad? Deja de sabotear tu canal.
Porque el universo no premia a los buenos.
Premia a los que entienden el juego.
Bibliografía y Referencias:
1. Lilith y el Midrash
Fuente principal: Alphabet of Ben Sira, un texto midráshico medieval (siglo X) que introduce a Lilith como la primera esposa de Adam.
Traducción y análisis en: Dan Ben-Amos (ed.), The Alphabet of Ben Sira, en Narratives and Jewish Folklore, Indiana University Press.
Véase también: Gershom Scholem, Kabbalah, capítulo sobre demonología y figuras femeninas arquetípicas.
2. Yesod como canal de energía y vínculo entre mundos
Isaac Luria (Arizal), enseñanzas compiladas por Hayim Vital en Etz Chaim y Sha’ar HaKavanot, donde se expone la función de Yesod como el conducto entre las sefirot superiores y Maljut.
Rav Yehuda Ashlag (Baal HaSulam), Talmud Eser Sefirot (vols. 6-8), especialmente en las explicaciones sobre Yesod como "tzinor" (canal).
3. Jojmá y Biná, y la integración en Daat
Sefer Yetzirá, capítulo 1, versículos sobre las sefirot: “Biná me’ayin timatze” — la comprensión surge del misterio.
Moshe Cordovero, Pardes Rimonim, secciones sobre las interacciones entre Jojmá (sabiduría) y Biná (entendimiento).
Rav Aryeh Kaplan, Inner Space, Moznaim Publishing, 1990, capítulos sobre Daat como conciencia emergente del equilibrio entre polaridades.
4. Querubines en el Kodesh HaKodashim
Éxodo 25:18-22 y 1 Reyes 6:23-28, descripción de los querubines en el Arca del Pacto.
Talmud Bavli, Yomá 54a: “Cuando Israel cumplía la voluntad de Dios, los querubines se miraban el uno al otro; cuando no, se daban la espalda.”
Midrash Rabá, Shir HaShirim Rabá 1:12, interpreta la cercanía de los querubines como metáfora de intimidad y reciprocidad espiritual.
5. Tzedaká como justicia, no caridad
Mishné Torá, Hiljot Matnot Aniyim, 10:7-14, Maimónides establece los niveles de tzedaká y define su naturaleza como justicia estructural.
Deuteronomio 15:7-11, mandamiento de abrir la mano al necesitado.
Rav Jonathan Sacks, To Heal a Fractured World, Schocken Books, 2005: capítulo sobre justicia como redistribución activa, no solo acto moral privado.
7. Música
“Can’t Buy Me Love”, The Beatles, 1964. Composición de Paul McCartney (acreditada a Lennon–McCartney), publicada por Parlophone/EMI.