Pesaj: Rompe el Programa
- Jack Levy
- 9 abr
- 8 Min. de lectura
Por Jack Levy

Ooootro año.Ooootra vez ese olor penetrante a huevo duro y vino dulce barato.El primo ultra religioso atragantándose de matzá en tiempo récord, cronometrando mitzvot como si fuera atleta olímpico de halajá.El tío que ya empezó a servirse el pollo antes de que empiece la Hagadá, porque “ya es muy tarde”.Las tías debatiendo si este año la caja de matzá está más cara en Costco o en Superama. El personaje de siempre que interrumpe cada línea de la Hagadá para explicar su explicacion como si estuviéramos en un curso intensivo de historia. Y el pobre de a lado, con cara de hambre que ni el ni la tia pueden ocultar.., pensando: “Dios… que alguien le ponga ‘4X’ a esto y que ya empiece la cena.”
Pesaj: la noche más santa…y a veces la más insoportable.Un ritual ancestral que a muchos les suena a “copy-paste” anual,y a otros, una oportunidad profunda que nunca terminan de entender.
¿Pero qué pasaría si te dijera que todo esto no es una cena?No es una historia antigua.No es un mandamiento.Es un diagnóstico familiar y espiritual.Es un espejo donde cada gesto y cada palabra están revelandolas ideas que te programaron el alma.
Te cuento una historia real: Un día, en la oficina, una empleada me dijo algo que me voló la cabeza.Me dijo:"A mí me educaron así: salir a la calle es dinero." Y yo sonreí. Lo entendí perfecto.A mí también me educaron así.Pero cuando me explicó su versión, entendí que no estábamos hablando de lo mismo. Para ella, salir a la calle era sinónimo de gastar. De peligro. De pérdida.Para mí, salir a la calle era crear, vender, mover, construir. Mismo lenguaje.Significados opuestos.Dos mundos completamente distintos…forjados por una sola frase heredada.

¿Y si te dijera que tienes cientos, miles de frases así metidas en tu sistema operativo?Frases que no cuestionaste. Que absorbiste como si fueran verdad absoluta.Frases que heredaste, como quien hereda una receta sin saber si te gusta el platillo. “Primero trabajo, luego vivo.” “No hables de dinero.” “Así somos en esta familia.” “Los hombres no lloran.” “Dios castiga.” Y ahí estás tú, 30 o 40 años después, viviendo una vida escrita con ideas que no elegiste.
Pesaj no es una historia del pasado.Es el ritual que nos grita:¡Sal de Egipto! Pero no del país… del Egipto que traes en el pecho. De esa voz interna que dice “no puedes”.De esa frase automática que te impide cambiar.De esa narrativa heredada que parece tuya, pero nunca la cuestionaste.
CONTAR LO QUE NADIE TE ENSEÑÓ A DECIR

La mitzvá principal de Pesaj no es comer matzá.No es beber vino.No es limpiar tu casa hasta que brille. Es contar.Veigadeta lebinja – “Y le contarás a tu hijo.”
Contar la historia.Narrar el proceso.Nombrar la oscuridad.Transmitir libertad con palabras que abran, no que encierren.
Pero para contar bien, primero tienes que entender lo que viviste.Y eso no siempre es tan fácil. Hay momentos en la vida donde te tragas emociones que no sabes procesar.Y como no sabes nombrarlas… te inventas una historia para justificar por qué duelen.
A mí me pasó.Entré a trabajar siendo el más chico.Y aunque quería aportar, cada vez que hablaba, todo sonaba fuera de lugar.Como si mis ideas no tuvieran peso.Como si opinar fuera más un atrevimiento que un valor.
Y poco a poco… me fui callando.Dejé de hablar.De compartir. Y sin darme cuenta, me conté una historia muy peligrosa:“Yo no aporto. No tengo buenas ideas. Mejor me quedo callado.” Esa historia no me la dijeron. Me la dije yo.Fue mi Egipto mental.No tenía látigo. Tenía lógica.Y por eso fue tan convincente.

Años después entendí que nadie tuvo la intención de hacerme sentir menos.Pero eso no le importa al niño por dentro.Porque el niño interno no entiende intenciones.Solo registra emociones.Y si no sabes traducir lo que sentiste, te conviertes en esclavo de una historia que no es verdad.
VEIGADETA LEBINJA… ¿PERO CUÁL HISTORIA?
Aquí está la verdadera bomba de Pesaj: La Torah no te dice “leerás un texto” o “enseñarás historia”.Te dice:Contarás. ¿Pero qué vas a contar si ni siquiera sabes cómo te contaron a ti?
¿Qué vas a transmitir si tú mismo aún hablas desde el miedo a equivocarte?
La verdadera mitzvá no es recitar.Es revelar. Mostrarle a tu hijo, o a tu parte interna más inocente,que puedes reescribir la historia que heredaste.
Porque hay frases que repetiste tanto, que ya suenan como tu voz…Pero no son tuyas.Son ecos.Y este es el momento de romperlos.
Este Pesaj, la historia no empieza en Egipto.Empieza en tu garganta.En eso que nunca dijiste por miedo a parecer tonto.O débil.O exagerado. Y hoy, la mitzvá es esa:Atrévete a contarlo distinto.Con voz. Con verdad. Con libertad.
Por eso la Hagadá no dice:“Recordarás que saliste de Egipto.”
Dice:“Bejol dor va’dor jaiav adam lirot et atzmo keilu hu yatzá miMitzraim”— “En cada generación, cada persona debe verse a sí misma como si ella misma estuviera saliendo de Egipto.”

No se trata de memoria histórica.Se trata de vivencia actual.
Porque si no lo sientes, no lo entiendes.Y si no lo entiendes, no lo puedes transmitir.
Por eso decimos también que quien no menciona Pesaj, matzá y maror no cumple con la obligación de la noche.
Porque no basta con contar.Hay que señalar.Tocar. Oler. Degustar. Cantar.Embarrarte de la historia con el cuerpo.
Por eso Pesaj no es solo un texto.Es una mesa.Es un olor.Es una canción que no entiendes pero te conecta con tu abuela.Es ese vinito dulce que te sabías tomar aunque eras niño.Es la carcajada de tu tío cuando alguien se atoró con la matzá. Es una marca en el alma.Una memoria que no se transmite con ideas,sino con presencia, cuerpo, emoción y símbolos.
Y esa es la verdadera reprogramación:No repetir la historia.Vivirla hasta que te duela, te despierte y te atraviese. Hasta que no solo la digas.La encarnes.
EL LENGUAJE COMO PROGRAMA: ENTRE PE-RA Y PE-SAJ
Mira, si hay algo que no nos enseñaron a ver con claridad…es que el lenguaje no describe la realidad. El lenguaje crea la realidad. Las palabras que escuchaste de niñose convirtieron en tu código de vida.Tus frases internas.Tus límites.Tus permisos.Tus miedos.
¿Te acuerdas de cuando eras niño y alguien te dijo, sin mala intención:“Eso no es para ti”…? No lo cuestionaste. Lo grabaste.Como un hechizo. Como una programación.
Eso es lo que hoy llamamos PNL. Programación Neurolingüística. Pero la Torah lo entendió hace milenios:“Y le contarás a tu hijo.” No dice que lo eduques.No dice que le grites.Dice que le cuentes.

Porque cada historia que cuentas es un código que se instala.Cada palabra que repites es un botón que activa una emoción. Y si tú creciste repitiendo frases como:
“Así son las cosas.” “Calladito te ves más bonito.” “Dios castiga.” “No hagas olas.”
Entonces no necesitas un Faraón.Ya lo traes en la garganta.
Por eso la Hagadá no se estudia. Se vive. No es un libro de historia.Es un software. Cada vez que repites:“Éramos esclavos… y ahora somos libres”no estás describiendo lo que pasó.Estás reprogramando lo que crees que es posible.
Y aquí viene lo más fuerte:El lenguaje no se transforma en soledad.Se transforma en comunidad. En voz. En cuerpo. En símbolos.
Y por eso esta noche tiene tanto poder.Porque cada palabra que digas,cada silencio que rompas,puede liberar a alguien —incluyéndote—de una cadena que lleva años instalada.
Si cambias el lenguaje, cambias el alma.Si cambias el alma, cambias la historia. Esa es la PNL espiritual de Pesaj.Y empieza en tu boca.
MOSHE Y AARÓN: LOS DOS LENGUAJES QUE TE HABITAN

Mira qué perfecto está diseñado esto: Los líderes del Éxodo no fueron guerreros.No fueron estrategas.No fueron políticos.
Fueron dos hombres que hablaban.
Uno —Moshe— tartamudeaba.El otro —Aarón— sabía hablar bien. Uno se trababa cuando tocaba expresarse.El otro sabía traducirlo para el pueblo. ¿Por qué estos dos?Porque la esclavitud más difícil de romper… es la que no puedes explicar. Y la libertad empieza cuando alguien —aunque sea tartamudeando—se atreve a nombrarla.
En la Cábala, Moshe y Aarón representan dos formas del lenguaje dentro de ti:
Ambos te habitan.Ambos luchan en tu garganta cada vez que quieres decir algo profundo y no sabes cómo. Moshe grita desde adentro.Aarón lo convierte en lenguaje.
Y aquí está el punto:Cuando Moshe y Aarón se alinean, la boca se libera. Lo que era tartamudeo se vuelve verdad.Lo que era miedo se vuelve liderazgo.Lo que era silencio se vuelve redención.
Y si tú también te sentiste alguna vez como Moshe:Que no sabes cómo decir lo que te arde.Que dudas de tu valor.Que tu lenguaje está herido… entonces entiéndelo:Tú también estás en el proceso del Éxodo.Y no necesitas ser perfecto para empezar a hablar.Solo necesitas ser honesto.
SHULJÁN ARUJ: LA MESA ESTÁ SERVIDA, PERO ¿TÚ ESTÁS PRESENTE?

Shulján Aruj — así se llama el compendio de leyes que regula la vida judía.Significa literalmente: “la mesa está servida.” ¿Y qué quiere decir eso?Que ya está todo ahí: las reglas, los tiempos, las cantidades, los pasos.Tú solo tienes que seguirlas.
Pero aquí va una pregunta incómoda:¿Qué pasa cuando sigues todo… pero no sientes nada? ¿Qué pasa cuando cumples, pero no conectas?Cuando todo está servido…pero tú no estás presente.
No es lo mismo comerte un pan de caja,que comerte un pan que sembraste, cosechaste, moliste, amasaste y horneaste.
El primero te llena.El segundo te cambia

Lo mismo pasa con la ley.Lo mismo pasa con Pesaj.Lo mismo pasa con Dios.
Por eso hay quienes en el Seder cumplen con todo…y aun así sienten que están actuando.Porque no saborean. Solo ejecutan.
Y no porque sean hipócritas.Sino porque nadie les enseñó a conectar.Les enseñaron a obedecer.Pero no a entender.Les sirvieron la mesa…pero no les explicaron cómo saborear.
¿Te ha pasado con el whisky, el café o el caviar?Lo pruebas y te sabe raro.Amargo.Insípido.Hasta que alguien te dice: “Espera. No lo tragues.Huélelo.Siente el cuerpo.Nota el final.Escucha la historia que hay detrás.” Y entonces cambia todo.Lo que antes era desagradable… ahora es complejo. Rico. Profundo. Porque te educaste para saborear.
El Shulján Aruj te da el protocolo.Pero solo tú puedes ponerle conciencia.Solo tú puedes hacer que esa matzá no sea cartón…sino el símbolo vivo de un alma que eligió no inflarse de ego.
Solo tú puedes hacer que el vino no sea alcohol…sino memoria líquida de generaciones que pelearon por tu libertad.
Porque cumplir la ley no es el final del camino.Es el punto de partida.Lo que viene después…es si puedes vivirla con sabor.
ESTA NOCHE NO REPITAS LA HISTORIA. REESCRÍBELA.
Esta noche no es una costumbre. No es un evento familiar con olor a huevo y vino barato.No es una tradición bonita con canciones desafinadas.
Esta noche es un umbral. Una puerta que solo se abre si tienes el valor de mirar hacia adentro y decir: “¿Qué frases me tienen atado?¿Qué ideas heredadas no cuestioné?¿A qué parte de mí le tengo tanto miedo… que prefiero seguir repitiendo lo que me dijeron?”
Porque Pesaj no es recordar.Es reprogramar.

Es agarrar esa narrativa que te contaste —esa de “yo no sirvo”, “no puedo”, “no soy suficiente”—y romperla como se rompe el Afikoman. En pedazos.Para reconstruirla, pero con tus propias palabras.
Porque este no es un ritual para repetir.Es un ritual para transformar.Para ver en los ojos de tus hijos, o en los tuyos frente al espejo,que ya no estás dispuesto a callar, ni a tragar, ni a fingir.
Que tu Pe-Saj, tu boca, por fin habla.No para quedar bien.No para cumplir.Sino para vivir con verdad.
Porque no hay libertad sin lenguaje.No hay redención sin voz.Y no hay salida de Egipto…si sigues creyendo que tú no tienes nada valioso que decir.
Esta noche es el momento en que puedes mirar a tu hijo,o a tu niño interno,y decirle:
“Tú sí aportas.Tú sí vales.Y aunque hayas tartamudeado toda tu vida,hoy te toca hablar.Hoy te toca contar.Hoy te toca salir.”

Así que no digas la Hagadá como quien lee un folleto.Dila como quien reescribe su destino.
No comas la matzá como quien come cartón.Cómela como quien traga el miedo al ego y elige la humildad.
No bebas el vino como anestesia.Bébelo como quien brinda por lo que ha sobrevivido.
Porque esta noche no se trata de recordar el pasado.Se trata de diseñar el futuro. De ver cómo la boca que una vez calló…hoy se convierte en la herramienta más sagrada que tienes.
🕯️ CIERRE:
¿Qué historia vas a contar?¿Qué programación vas a romper?¿Qué libertad estás dispuesto a vivir?
Porque esta noche no es sobre Egipto.Es sobre ti.
Esta noche, mientras huelas el huevo, comas la matzá, cantes entre risas y bostezos,recuerda esto:
No estás conmemorando una salida.Estás eligiendo una.
¿De qué Egipto vas a salir? ¿Y qué estás esperando para hacerlo?
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