Ekev -El Libre Albedrío y Tu B'Av
- Jack Levy
- 18 ago 2024
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 26 ago 2024
Por Jack Levy
Comencemos con una pregunta incómoda: ¿Realmente eres libre?
En la parashá de Ekev, Dios nos presenta un contrato aparentemente sencillo: sigue Sus mandamientos y serás bendecido; desobedece, y te espera lo contrario. Pero si Dios ya sabe qué camino tomarás, si ya está escrito qué sucederá… entonces, ¿qué sentido tiene hablar de libre albedrío?

Piensa en esto: si nuestras decisiones están condicionadas por promesas de recompensas y amenazas de castigo, ¿realmente estamos eligiendo libremente o simplemente estamos cumpliendo un destino predeterminado? Y cuando ves que incluso los justos, como Rabí Akiva o los justos en el holocausto, terminan siendo brutalmente asesinados, ¿acaso Dios no ha roto Su promesa de proteger a quienes Le siguen?
Es interesante que esta reflexión sobre el libre albedrío llegue justo entre dos fechas tan contrastantes como el 9 de Av, un día de duelo y destrucción, y Tu B'Av, un día que celebra el amor y la renovación. Este contraste nos recuerda que, incluso después de la mayor oscuridad, siempre existe la posibilidad de la redención y la esperanza, y que nuestras elecciones juegan un papel fundamental en este proceso.
Paradoja del Libre Albedrío y el Conocimiento Divino:
¿Es posible que el libre albedrío sea solo una ilusión, un espejismo que nos hace sentir en control, mientras en realidad seguimos un guion que ya ha sido escrito? ¿O es que nuestras elecciones tienen un significado más profundo, que trasciende la aparente dualidad entre recompensa y castigo?
El Dilema Moral y Espiritual:
Vamos a rasgar la superficie de lo que creemos saber sobre la libertad. Vamos a cuestionar si realmente somos libres, o si estamos atrapados en un Loop que dicta cada uno de nuestros pasos. Y lo más importante, vamos a descubrir cómo nuestras decisiones, incluso en los momentos más oscuros y difíciles, pueden ser la clave para encontrar una conexión auténtica con lo divino.
Parashá de Ekev

La parashá de Ekev nos coloca en un momento crucial del discurso de Moisés al pueblo de Israel. Estamos en las puertas de la Tierra Prometida, y Moisés, consciente de que su tiempo se acaba, entrega un mensaje claro: Si siguen las ordenanzas de Dios, si cumplen con los mandamientos, serán bendecidos. Pero si se desvían, si olvidan a Dios en la comodidad de la prosperidad, las consecuencias serán devastadoras.
Moisés no deja lugar a dudas: la obediencia trae consigo bendiciones en la forma de prosperidad, salud, y éxito militar. Pero la desobediencia, la ingratitud, trae consigo maldiciones que incluyen la destrucción y el exilio. Es un contrato con términos claros y consecuencias establecidas.
En la superficie, Ekev parece ofrecer una fórmula sencilla: sigue a Dios, y todo estará bien; apártate de Su camino, y el desastre te seguirá. Pero esta aparente simplicidad esconde una cuestión más profunda: ¿qué significa realmente seguir a Dios? ¿Es simplemente una cuestión de cumplimiento externo, o hay algo más en juego? Y si el seguimiento de estos mandamientos garantiza bendiciones, la famosa pregunta ¿por qué a veces vemos a los justos sufrir y a los malvados prosperar?
La Paradoja del Libre Albedrío y el Conocimiento Divino:
La tensión entre el libre albedrío humano y el conocimiento divino es un tema central en la filosofía judía.1 Maimónides sostiene que, aunque Dios conoce el futuro, eso no niega nuestra capacidad de tomar decisiones libres y responsables. 2 Sin embargo, esta explicación no disipa del todo la inquietud: ¿cómo podemos ser verdaderamente libres si todo ya es conocido por Dios?
Rab A.I. Kook 3 y Rab A.J.Heschel 4 nos enseñan que el libre albedrío no se limita a elegir entre el bien y el mal; es un llamado a participar activamente en la redención del mundo, convirtiendo nuestras decisiones en actos sagrados. Rab J. Sacks 5 agrega que nuestra libertad de elección es lo que da forma a nuestra responsabilidad moral y espiritual, permitiéndonos ser socios en la creación continua.
Pero esto nos deja con una pregunta desafiante: Si nuestras decisiones realmente importan, ¿estamos viviendo de manera que refleje esta responsabilidad, o simplemente estamos cumpliendo con un guion que ya ha sido escrito por Dios?
El Sufrimiento de los Justos y el Caso de Rabí Akiva:
Tomemos como ejemplo la vida de Rabí Akiva, un hombre que dedicó su vida a la enseñanza de la Torá, y que, sin embargo, fue martirizado de la manera más brutal. Si el seguimiento de Dios garantiza protección y bendiciones, ¿Por Qué un hombre justo como Rabí Akiva tuvo que sufrir así? ¿No es esta una contradicción directa con las promesas de Ekev?

Pero aquí es donde debemos profundizar en lo que significa la 'protección' y las 'bendiciones'. ¿Podría ser que el verdadero propósito del sufrimiento de los justos no sea castigo ni fracaso, sino una oportunidad para demostrar la profundidad de su fe y el poder de su libre albedrío? Como Viktor Frankl, quien, en los campos de concentración, encontró una libertad interna que ninguna fuerza externa podía quitarle, ¿podría ser que el verdadero desafío del libre albedrío sea encontrar significado y paz, incluso en medio del mayor sufrimiento?
La Cábala y el Abismo (Tehom):
La Cábala nos ofrece una visión aún más profunda en nuestra búsqueda de Daat, el conocimiento verdadero y la conexión genuina con lo divino. Para llegar a este estado de iluminación, debemos atravesar el Tehom, el abismo, donde la oscuridad es más densa y el libre albedrío enfrenta su mayor desafío. Es en este punto crítico donde la duda, simbolizada por Amalek, intenta desconectarnos de nuestra fe, llevándonos a la parálisis y a la desesperación.

Amalek, el enemigo eterno de Israel, representa mucho más que una nación; es el arquetipo de la duda corrosiva, esa incertidumbre que nos hace cuestionar todo, incluso la presencia de Dios en nuestras vidas. En el Tehom, cuando somos más vulnerables, Amalek ataca, haciendo que todo parezca sin salida. Sin embargo, es precisamente en estos momentos cuando el libre albedrío se activa en su forma más pura: tenemos dos opciones. Podemos sucumbir al terror que representa Amalek, o podemos resistir, aferrándonos a la fe, simbolizada por ese pequeño hilo de luz que siempre brilla al final del túnel.
Al hacerlo, conectamos Tiferet (nuestro ser equilibrado y armonioso) con Keter (la voluntad y luz divinas), entregando nuestro amor y devoción a Dios, a pesar de la oscuridad que nos rodea. Este es el verdadero propósito de nuestra existencia: elegir a Dios no por obligación, sino por amor, manifestando Su imagen y semejanza en este mundo. Es en la resistencia a Amalek, en la elección consciente de la fe, donde encontramos nuestra verdadera libertad.
Como dice el profeta Habacuc, 'הַצַּדִּיק בֶּאֱמוּנָתוֹ יִחְיֶה' — "El justo por su fe vivirá". Es en este acto de fe donde el libre albedrío se expresa plenamente.
La Mentira de la Autosuficiencia Occidental:

En el mundo occidental, nos bombardean constantemente con la idea de que todo depende de nosotros, que somos los arquitectos absolutos de nuestro destino. Esta mentalidad nos lleva a un falso sentido de control, donde creemos que solo nuestras acciones determinan el resultado, cayendo en la trampa de pensar el mismo error que advierte esta perashá cuando nos dice "כֹּחִי וְעֹצֶם יָדִי" (Kochi veOtzem Yadi) — "mi fuerza y el poder de mi mano" han logrado todo (Devarim 8:17). Pero esto es solo una parte de la verdad.
El esfuerzo humano, הִשְׁתַּדְּלוּת (Hishtadlut) es crucial: debemos prepararnos, trabajar, luchar como si todo dependiera de nosotros. Pero al final del día, la entrega a Dios, el reconocimiento de que el resultado final está en Sus manos, es lo que nos libera de la ansiedad y el miedo. Es una danza delicada entre la acción y la entrega, donde el libre albedrío no se limita a la acción, sino que se encuentra en la capacidad de entregar nuestro esfuerzo al Creador, confiando en que, pase lo que pase, Su voluntad es la mejor.
La Libertad en Medio de la Paradoja:
El verdadero libre albedrío no consiste únicamente en tomar decisiones, sino en cómo elegimos responder a las circunstancias, especialmente en los momentos de crisis. Es en esos puntos de abismo, cuando nos enfrentamos a Amalek, que nuestra libertad se activa plenamente.
Nuestra libertad no es una ilusión; es una responsabilidad que se nos ha otorgado. No importa cuán oscuro sea el camino, siempre tenemos la opción de elegir la luz, de entregar nuestro esfuerzo a Dios, y de permitir que Su voluntad guíe el resultado. Si te encuentras ansioso o preocupado, es una señal de que no estás en Tiferet, tu ser equilibrado. Esto significa que aún hay tareas pendientes, algo que no has resuelto o enfrentado.
Es momento de preguntarte: ¿Estás haciendo lo que realmente debes hacer? ¿O estás resistiendo los cambios que la vida te está poniendo frente a ti? ¿Tienes miedo de saltar al Tehom, al abismo? Recuerda, ese salto es la única manera de crecer, y si no lo tomas por voluntad propia, la vida eventualmente te empujará hacia él.
Si, después de reflexionar sinceramente, concluyes que ya no hay nada más que puedas hacer, entonces es momento de soltar, de confiar en que Dios abrirá el mar por ti. Pero si aún sientes que hay tareas por emprender, si todavía hay un camino por recorrer, entonces ya conoces la respuesta a tus plegarias: avanza, actúa, y entrega tu esfuerzo a Dios.
Recuerda que el mar no se abrió completamente de inmediato; conforme el pueblo avanzaba, las aguas se iban abriendo, paso a paso, en una muestra de fe en el Creador. Como dice la canción...
'Caminante, no hay camino, se hace el camino al andar.'
Al final, el contraste entre el 9 de Av y Tu B'Av nos enseña que después del abismo, siempre hay una oportunidad para la redención. Es tu elección: puedes quedarte en la sombra, atrapado en la desesperación, o puedes aferrarte al hilo de luz que te guía hacia el amor, la renovación y la redención eterna.
Bibliografía y Referencias
Talmud, Berajot 33b
“Rabi Hanania dijo: Todo está en manos del Cielo, excepto el temor al Cielo.”
Maimónides, "Mishné Torá", Hiljot Teshuvá (Leyes del Arrepentimiento) 5:1-3
Cita: "Mismo de la manera que el Creador quiso que el fuego y el aire subieran, y que el agua y la tierra descendieran... el ser humano es único... por su propia razón y conocimiento, tiene la capacidad de hacer lo que él desea."
Rabí Abraham Isaac Kook, "Orot"
Cita: "El libre albedrío es la esencia de la redención... Este proceso de elección y auto-superación es lo que transforma el caos en armonía y nos acerca al objetivo final de la redención."
Rabí Abraham Joshua Heschel, "Dios en busca del hombre"
Cita: "La verdadera libertad no se encuentra en la ausencia de mandamientos, sino en la capacidad de elegir someterse a ellos con reverencia... podemos optar por escuchar el llamado de Dios y responder a Su invitación a ser socios en la creación y perfeccionamiento del mundo."
Rabí Jonathan Sacks, "To Heal a Fractured World"
Cita: "El libre albedrío es la base de la moralidad... nos permite ser socios de Dios en la creación y reparación del mundo."
Talmud, Taanit 30b
Referencia: Este pasaje menciona la celebración de Tu B'Av, simbolizando la renovación y el compromiso después de la destrucción. Tu B'Av marca el paso del luto a la esperanza, subrayando la posibilidad de redención después de la mayor oscuridad.
Mario Saban, "Daat: El Conocimiento. Las 44 Energías Ocultas del Árbol de la Vida", Editorial Saban, 2021
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