Jukat -Nada tiene sentido
Jukat -Nada tiene sentido
Por Jack Levy

Hay días en los que no vives. Solo funcionas en automático. Te bañas, pero no te limpias. Trabajas sin propósito. Ríes, pero no sientes nada. Respiras por inercia. Contestas mensajes. Cumples. Pero tú… ya no estás ahí.
No estás deprimido. Estás emocionalmente seco. Como un pozo vacío. Como un corazón que ya no late… solo aguanta. Y ni siquiera sabes cuándo pasó. Solo sabes que algo en tu interior se apagó. Y ni lo notaste. Todo siguió igual por fuera. Pero adentro… algo se quebró.
Tal vez fue una conversación incómoda. Un gesto que dolió y callaste. Un silencio que duró más de la cuenta. Tal vez fue una pérdida que fingiste no dolía… y que aún hoy no has llorado.
Y de ahí, en cascada: una cosa se cayó.
Luego otra. Y otra más. Y tú… seguiste. Desconectado de tu esencia. Sin alma. Sin agua. Sin centro. Y entonces aparece eso que no puedes nombrar: Una rabia interna sin causa clara. Un cansancio que no se alivia ni durmiendo. Un miedo sin forma que se instala en el cuerpo como serpiente.
Y justo cuando crees que no puedes más… algo te rompe por completo.
Este episodio no es sobre caer. Es sobre ese instante en el que lo último que te sostenía colapsa, y no sabes si llorar… o seguir fingiendo. Es sobre esa línea fina entre rendirse… o transformarse.
Porque a veces, Dios no te habla. Te desarma.
Vamos a intentar explicar…